Eduardo, amigo y experto en Recursos Humanos, cree que él puede predecir qué tipo de desarrollo profesional tendrá alguien por la forma en que aborda un problema. Divide a los candidatos en 5 grupos en función de su actitud ante los problemas:
- “No es mi problema”. Estas personas ignoran los problemas de los clientes y de los de la propia empresa como si no les afectaran. Si logran conseguir un trabajo, probablemente no lo mantendrán mucho tiempo.
- “A mí no me preguntes”. Algunas personas no están capacitadas o dispuestas a realizar tareas sencillas no relacionadas directamente con sus labores cotidianas. Pocas empresas disponen del tiempo y recursos necesarios formar y reeducar a este tipo de personas.
- “¿Y ahora qué?” Algunos trabajadores bien intencionados no parecen capaces de madurar y resolver problemas sencillos de forma independiente. Suelen molestar a alguien cada dos minutos con un problema aparentemente demasiado grande para ellos. Si no entrenan sus habilidades problem solving pueden convertirse en verdaderos obstáculos para el desarrollo normal del trabajo de sus compañeros, ser un problema para Recursos Humanos y un estorbo para la empresa.
- Rectilíneos. Los rectilíneos saben cómo resolver problemas. Pueden hacer cálculos complejos y puede ser profesionales altamente cualificados. Pero si la situación requiere una nueva solución o un nuevo enfoque, son incapaces de manejarla. Pueden mantener su trabajo y encontrar un lugar cómodo en la empresa. Pero no deben esperar niveles de gestión.
- Solucionador de problemas. Las empresas siempre tienen lugares para las personas que pueden usar todas sus capacidades y recursos para resolver problemas. Un buen solucionador de problemas se hace irreemplazable dentro de la empresa. ¿Hablamos?