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Obstáculos mentales en la resolución de problemas

Mozart

«Cuando soy completamente yo mismo, cuando estoy completamente solo o durante la noche cuando no puedo dormir, es en tales ocasiones cuando mis ideas fluyen mejor. De dónde y cómo vienen, no lo sé y tampoco puedo forzarlas.”

Mozart

Carta atribuida a Wolfgang Amadeus Mozart, escrita en 1791. La carta la publicó Johann Friedrich Rochlitz el 23 de agosto de 1815 en la Allgemeine Musikalische Zeitung de Leipzig.

Todos alguna vez nos hemos topado con obstáculos mentales que nos han impedido avanzar, alcanzar nuestras metas o resolver nuestros problemas. Normalmente dichas barreras mentales están formadas por nuestros miedos y nuestras carencias.

A continuación vamos a repasar las causas más comunes de nuestros bloqueos mentales durante un proceso problem solving.

Falta de datos

Si no estás seguro de tener todos los datos relevantes, investiga, recolecta información interna de la compañía y las percepciones externas que puedas recopilar. Este proceso, por sí mismo, puede ponerte otra vez en el camino de resolver el problema.

Falta de convicción

Tal vez te resulte difícil porque careces de convicción en el valor de esta resolución o de la forma en la que se está llevando a cabo. Restablece un objetivo y un método que te convenza.

Falta de un punto de partida

Posiblemente el problema te parece tan grande que no sabes por dónde empezar. Si es así, empieza en cualquier lugar. Siempre puedes cambiar más tarde. La inspiración viene después de que hayas empezado, no antes.

Falta de perspectiva

Tal vez estás demasiado cerca del problema, especialmente si has vivido con él mucho tiempo o has estado preocupándote por ello incesantemente. Intenta dejarlo por una semana. Consulta a otros. Simplemente explicárselo te puede ayudar. Pueden ofrecerte nuevos puntos de vista.

Falta de motivación

¿De verdad quieres resolverlo? El pensamiento creativo requiere perseverancia frente a la dificultad. Si tiendes a posponer, puede ser una señal de que, en el fondo, careces de la motivación necesaria. Revitaliza tu propósito.

Pensamiento creativo

La función del pensamiento creativo en la resolución de problemas es idear nuevas ideas. Pero recuerda que en algún momento tus habilidades tienen que ser puestas en juego. Aquí hay seis preguntas básicas acerca de cualquier nueva idea, solución o curso de acción:

  • ¿Es realmente nuevo?
  • ¿Es relevante y práctico?
  • ¿A quién involucrará?
  • ¿Cuánto costará?
  • ¿Cuánto ahorrará?
  • ¿Requerirá una evaluación más formal?

En tiempos de cambio, como el nuestro, si puedes pensar de forma productiva y constructiva, así como analítica y lógicamente, todo ello te dará una tercera dimensión en toda tu toma de decisiones y resolución de problemas. Las metodologías y procesos problem solving son fundamentales para ello.

Puntos clave

• Uno de los principios más valiosos para mejorar tu enfoque creativo del trabajo y en la vida, es aprender a pensar fuera de la caja. Esencialmente eso significa estar dispuesto a desafiar las suposiciones – a menudo inconscientes – que ponen una jaula invisible alrededor de tu pensamiento.

• Una forma de pensar fuera de la caja es pensar lateralmente. Porque a veces la solución a un problema, al menos en el embrión, se encuentra en un campo de empresa adyacente al tuyo, pero distinto.

• Existe el peligro de formalizar cualquier aspecto del proceso creativo: es un delicado equilibrio entre seguir un proceso o marco consciente y guiarse por las inclinaciones naturales de la mente. Pero vale la pena tener en cuenta la siguiente secuencia: Preparación, Incubación, Visión y Validación.

Las cuatro etapas de la reformulación creativa

Uno de los fundadores de la London School of Economics de Londres, llamado Graham Wallas (1858-1932) estructuró el proceso de reformulación creativa de problemas.

Wallas consideraba que la creatividad es la que posibilita que las personas se adapten con diligencia a los entornos cambiantes. Su modelo sobre el proceso de reformulación creativa, presentada en su libro “El arte del pensamiento”, comprende cuatro etapas:

1. Preparación.

Consiste en percibir y analizar la situación, así como todas las circunstancias y dimensiones que influyen en ella. Es un momento con alto grado de excitación, en el que la persona se ve impelida a investigar, analizar, experimentar y probar diferentes posibilidades para resolver el problema.
Sin embargo, este es sólo el primer estadio del proceso reformulativo. Es necesario que experimentemos esta fase de reconocimiento del problema y recogida de información, y que las superemos pasando a la siguiente etapa.

2. Incubación.

Se trata simplemente de la interiorización del problema. Es un proceso interno e inconsciente y supone el establecimiento de nuevas relaciones. Al tratarse de un proceso interno, aparentemente no provoca ninguna respuesta externa.
En ciertos casos, requiere la desconexión del problema, para así desechar u olvidar estrategias erróneas e ineficaces.
Es una etapa de gran tensión emocional ante la duda de si se conseguirá o no el objetivo propuesto. Esta tensión se acrecienta en la medida en la que aumenta el tiempo dedicado a esta fase. Es por ello que muchos proyectos son abandonados en esta fase.

3. Iluminación.

La solución surge de improviso, es cuando todo cobra sentido, está relacionado y claro. Es el “momento ¡Eureka!”. Se trata de una fase de júbilo y entusiasmo, en la que el esfuerzo invertido obtiene su recompensa. Sin embargo, éste no es el final, todavía quedaría una última fase en este proceso.

4. Verificación.

En esta fase se analiza, verifica y valida la solución adoptada. Tiene como consecuencia su abandono, o su adaptación para ser perfeccionada o su puesta en práctica.


El modelo de Wallas sugiere que es más probable que veamos una reformulación creativa del problema cuando nuestra partes consciente y racional están relajadas, cuando hemos desconectado del problema. La música, la naturaleza o un baño relajante como el de Arquímedes pueden serte de mucha utilidad. Disfruta.