Hablamos con frecuencia de problemas complejos, de la complejidad de una situación, de un proceso, pero ¿qué es eso que lamamos complejidad? ¿Una propiedad perteneciente a algunos sistemas? ¿Un atributo de todos los fenómenos? Esas preguntas podrían multiplicarse, una vez que, con la utilización creciente de la palabra complejidad en la ciencia, se multiplican también las acepciones imputadas a ella.
«El hombre hizo el lenguaje. Pero luego, el lenguaje con su monumental complejidad de símbolos, contribuyó a hacer al hombre“
Pedro Salinas
Partiendo de la obra del filósofo Edgar Morin, de las ideas del físico Ilya Prigogine, Henri Atlan y otros autores, podemos enumerar un conjunto de argumentos que permiten ayudar a comprender la complejidad.
- Cuando decimos «este es un problema complejo» estamos confesando la dificultad de describir y explicar un objeto que comporta diversas dimensiones, trazos diversos, indistinción interna. Confesar la dificultad de describir un objeto no redunda en la comprensión de la complejidad, pero aporta la intuición de que hay unos fenómenos más complejos que otros. De hecho, hay niveles de complejidad distintos en los fenómenos. Mientras más abierto es un sistema, más dominios inciden sobre él, mayor es su complejidad. La condición humana, el sujeto, la sociedad, la cultura, la educación y la política son más complejos que la dinámica de los mares, el nacimiento y la muerte de las estrellas; un programa de una computadora o el equilibrio de la cadena trófica de los seres vivos. O sea, podemos hablar con mayor aproximación y pertinencia sobre un movimiento sísmico, las placas tectónicas y el fin de las reservas fósiles del planeta Tierra, que cuando tratamos el fenómeno de la violencia humana o el comportamiento del consumidor.
- Es necesario distinguir complejidad de complicación. La complejidad difiere de la complicación, con la cual es confundida muy frecuentemente. Un problema complicado puede descomponerse en partes, tantas cuantas fueran necesarias para permitir su comprensión. Ese es uno de los postulados del Método de Descartes: dividir para.
Los problemas complejos, al contrario, están compuesto de elementos heterogéneos inseparablemente asociados que presentar relaciones paradójicas. Así, si descomponemos un fenómeno complejo «dividiendo» los elementos y las dimensiones que lo constituyen, estamos simplificando. No podemos, en relación a un comportamiento humano, disociar las dimensiones sociales de las biológicas, de la singularidad del sujeto, de los condicionamientos del momento, etc. Cuando actuamos por simplificación, incurrimos en el error de tomar la parte por el todo, de identificar una causa única, de reducir el fenómeno a una de sus dimensiones. En el intento de resolver la complicación produjimos la simplificación, esto es, fragmentamos lo complejo, reduciéndolo a una de sus dimensiones. - Lo complejo admite la incertidumbre. En los problemas complejos es inevitable la presencia de incertidumbres, sean empíricas o sean teóricas, y frecuentemente, al mismo tiempo. Mientras mayor sea la complejidad, mayor el peso de la incertidumbre. Lo complejo está marcado por lo imprevisible. Justamente porque sobre él inciden causas múltiples, elementos diversos que interactúan entre sí y para modificarse en función de eventos e información externa, no es posible prever la tendencia de un fenómeno complejo. En palabras de Ilya Prigogine, “nunca podemos predecir el futuro de un sistema complejo”.
- Lo complejo es no-determinista, no-lineal e inestable. Los fenómenos complejos no se rigen por leyes universales e inmutables; no es posible inferir una secuencia lineal de su dinámica porque lo complejo está caracterizado por la inestabilidad, por la variación imprevista. No es posible determinar el futuro de las organizaciones vivas, del ecosistema terrestre de las sociedades, de los movimientos sociales, ni de la política. Como sistemas hiper-complejos, esos dominios están constituidos por cambios intensos y permanentes, tanto en su interior como en la realidad que los rodea. Como es imposible identificar, conocer y manejar toda la información y su relación entre sí, nos es igualmente imposible concebir de manera determinista su devenir.
Para profundizar: Complexity: The Emerging Science at the Edge of Order and Chaos